La vista panorámica de la plaza de toros más grande de España (y la tercera más grande del mundo después de la Monumental de Ciudad de México y la Monumental de Valencia en Venezuela) es uno de los puntos más sorprendente de la visita. En Madrid, el espacio destinado al público se divide en cuatro niveles: tendido bajo, tendido alto, gradas y andanadas. Además, se divide en 10 sectores de manera radial al ruedo, siendo los sectores 9, 10, 1, 2 los de sombra; 4, 5, 6, 7 los tendidos de sol y los 3 y 8 los tendidos de sol y sombra. El precio de las entradas dependerá de la localización en lo tendidos: más baratas en el sol, más caras en la sombra, más baratas cuanto más lejos del ruedo y más caras cuanto más cerca.
En el nivel de la grada destaca, por su retranqueo y rica arquitectura neomudéjar, el Palco Real, el espacio reservado a las autoridades reales cuando acuden a la corrida de toros de la Beneficencia, celebrada en el marco de la famosa Feria de San Isidro (meses de mayo-junio) y en la que la presencia de un miembro o representante de la Familia Real es protocolaria. El Palco Real es obra del segundo arquitecto de la plaza de toros de Las Ventas, Manuel Muñoz Monasterio, que intervino además en buena parte del programa decorativo de la plaza, el Palco Real y la capilla.
A la izquierda del Palco Real podemos observar el Palco Presidencial, reservado para el Presidente de la corrida de toros, máxima autoridad en un festejo y nexo entre el rito taurino y el marco legal que regula exhaustivamente todo el proceso de la lidia. La presidencia, en Madrid, está ostentada por un comisario de la Policía Nacional. Él, como voz del público, concederá los trofeos a los diestros y al toro.
Es precisamente aquí, en los tendidos, donde se siente la fuerza y el jolgorio de la afición. Es aquí donde se viven, en compañía, aquellos momentos emocionantes que hacen de la corrida de toros un espectáculo único.